Nadie envejece por vivir años, sino por abandonar sus ideales. Eres tan joven como lo sea tu fe, tu confianza en ti mismo, tu esperanza. Eres tan viejo como tu temor, tus dudas, tu desesperanza.
Quien le niega a este caballero sentirse un "don juan" manejando con firmeza y galantería a su pareja como hace 30 años. A lo mejor no dejó nunca de hacerlo y se siente como se ha sentido siempre.
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