La belleza de las rosas, por lo general, suele ser efímera. Suele costar un gran sacrificio mantener su cenit de hermosura durante una sola primavera y acaban sucumbiendo y desintegrándose cuando el invierno anuncia su llegada.
Hoy, en pleno mes de Enero, cumple 63 años una Rosa muy especial. Es una Rosa que, a pesar de tantas primaveras vividas, su belleza jamás se ha marchitado, ha evolucionado pero jamás se le ha ido.
Es una Rosa luminosa que alegra los corazones de los que tiene a su lado, que inspira ternura y bondad. Es una Rosa frágil, pero que con poquito que la riegues y la cuides se vuelve a poner erguida y aguanta "carros y carretas".
Es una Rosa que, aunque la estrujemos y descuidemos una y otra vez, jamás nos pincha, porque es tan especial que no tiene espinas y no te podrá herir en la vida.
Es una Rosa de muchos colores, rojo por la pasión y el amor por su jardinero y sus frutos (ya maduros), blanco por su inocencia y por fidelidad eterna a los suyos y rosada que es el color del agradecimiento con que los demás la vemos.
Felicidades Rosita, y que cumplas muchos más enamorándonos con tu presencia.
Dios que bonito, yo quiero esas fotos
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