viernes, 14 de enero de 2011
Besos IV: agradecidos
A lo largo de mi vida, de mi crecimiento, del proceso en el que todo humano evoluciona hasta ser persona he recibido una cantidad de cariño descomunal de mis padres. Ese cariño se ha reflejado en todos los sacrificios, desvelos, ejemplos y, en definitiva, en toda una vida enfocada al bienestar mío y de mi hermana.
Como gesto y símbolo principal del cariño están los besos que hemos recibido, sobre todo los maternos, que es el papel que tocaba, para él quedaba el de duro y recto, aunque al final igual de desprendidos uno que otro.
Ahora, que ya uno es el que es gracias a ellos, no hay tiempo, ni lo habrá, para compensar todo ese amor y esos sacrificios. Solo queda demostrarlo con gestos, como esos besos que, además de cariñosos, son de agradecimiento y se quedan un mero intento de devolver todos aquellos recibidos: cuando uno aprendía a andar, cuando me hacía pupa y lloraba, cuando me despertaba por las mañanas, el de buenas noches y, uno de mis favoritos y que echo de menos: el de tomar la temperatura en la frente, para concluir con la frase: "está fresco como una lechuga"
Gracias
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