miércoles, 2 de marzo de 2011

De bronce y escarcha


Cuando vuelves de un pais como Italia y resulta que lo que más te impacta es un cementerio, el que te escuche podrá pensar que eres un tipo extraño, un tétrico, macabro, bicho raro, o quizás gótico.




Cuando amanece en el frío norte del pais, y el hielo aun no ha desaparecido tras una gélida madrugada, y te adentras en el cementerio vacío..., de personas vivas...






...empiezas a descubrir una obra de arte tras otra y, curiosamente, las figuras intentan expresar ternura y no horror como en la mayoría de los camposantos.







Hay una sensación de nostalgia que rodea todo el lugar, pero no te evoca sensaciones tenebrosas.



Y así, paseando, entre almas que descasan y recuerdos que perduran y se resisten a desaparecer como la escarcha pegada al bronce, mientras el sol las combate inexorablemente como el tiempo a su pasado. 

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