Amanecía el domingo de piñata con un cielo despejado, que se resistía a la anunciada alerta amarilla y del que sólo se podían presagiar lluvias de papelillos y serpentinas.
Pero el cielo se tornó gris y aparecieron los aguaceros.
A pesar de que las ganas de echar las últimas risas de una intensa semana, hicieron que el ingenio le plantara cara al mal tiempo, el carnaval y su colorido se fue diluyendo en unas calles que se quedaban vacías y en las que los charcos ganaban la partida.
Quizá el próximo domingo nos quede la última oportunidad, pero de momento se nos marcha, como siempre, con ganas de diversión en el tintero y, también como siempre, dejando mucha mierda, alcohol e incivismo por parte de otros muchos, no necesariamente adolescentes.
Al menos la lluvia está limpiado las meadas indiscrimanadas.
Bueno Largo, ya te tengo localizado. Por cierto, la segunda foto es de este año? Es igual a la imagen del año pasado, creo que mismo sitio y posiblemente casi la misma gente, menos yo ;-)
ResponderEliminarHoy nos han dado saludo Ana Mª de Eulen, para vosotros, y que espera que se solucione todo pronto.
ResponderEliminarUn saludo,
María J.
Estoy con Carlos, esa foto es del pasado año, un domingo igual de lluvioso, pero Cádiz siempre tan ingenioso. Jejejeje, plan, plan. Bss
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