Pongo la tele. Están las noticias. Después de un preámbulo económico o político, donde sólo nos enteramos del enfrentamiento dialéctico entre los líderes de los grandes partidos dominantes y polarizantes, llegan noticias de ámbito laboral. Sólo se reflejan aquellos conflictos donde ha habido algún tipo de altercado público, protesta callejero y/o carga policial. La mujeres víctimas de sus maridos ya son una estadística que no nos llama la atención. A no ser que secuestren a alguien y la violen, no levantamos la cabeza del plato.
Vamos a internacional y los muertos son noticias en un sinfín de conflictos armados, siempre y cuando superen varias decenas en el atentado, ataque o represalia. Sin son menos, aunque sean vidas que se pierdan, ya ni siquiera es noticia, ni nos hace sentir la más mínima pena o sobresalto. Es la fuerza de la costumbre.
Bueno, por fin pasamos a los deportes. Algo más relajante y lúdico. Curiosamente es la sección más larga del noticiero, y es por desgracia lo que más importa a la inmensa mayoría de nuestra lamentable y escasa de valores sociedad española. Pero bueno, al menos nos insufla buenos valores, los que imperan en el deporte.... Pero no. Lo que se vende es la prepotencia, el odio al rival, el insulto, la violencia verbal y al ataque al que puede ser de mi equipó el año que viene. Pero da igual. Hay que ir a la guerra contra el adversario.... Y es lo que vende y nos gusta.
La violencia siempre es la protagonista, ahí está el titular de prensa. Ahí está el taquillazo en el cine, en lo violento, en la sangre, los tiros. El bueno o héroe gusta al gran público si pega, si golpea y "da su merecido" al malo. Si no, vamos con el mafioso, el que humilla o usa una catana o un buen revólver para "ajustar las cuentas".
Algunos soñadores, algunas personas que intentan velar por la educación de nuestros hijos celebran
hoy el Día de La Paz y la No violencia. Dibujarán palomitas y se vestirán de blanco para hacerse una foto, pero tristemente será una grano de arena en un desierto de hostilidad, agresividad y odio que está de puertas afuera del colegio.... O a veces ni eso. En casa y en el barrio se han encargado de ganarle la partida al respeto y los buenos sentimientos.
No nos rindamos, granito a granito podemos intentar cambiar este mundo tan destructivo por culpa del ser humano.
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