Después de las Navidades, algunas ciudades volvieron al cole ayer y ya hoy, las restantes, vuelven a la rutina del día a día, a: levántate, haz pipí, vístete, desayuna que vamos pal cole, coge el bocata, aligera..
El primer día vamos a contarle a nuestros amigos todo lo que nos han traído los Reyes. Hay a quien le ponen lo típico; colonia, pijama, calcetines.. y también están los regalos de quienes se lo "curran más y les traen regalos más personales como albumes de fotos digitales, huerto urbano, novelas de zombies, cámaras de fotos estilo retro, bufandas hechas a mano con cariño...
Pero pienso que en los últimos años, lo de los regalos se ha descontrolado. Esos niños, los cuales no tienen edad pa andar con maquinitas" y están tol día enganchados a la play, nintendo o a la tablet. En vez de ir al parque con la pelota, la comba, la bicicleta, el parchís o al escondite, no saben jugar a los juegos de toda la vida que han sido sustituidos por unos dispositivos llenos de bichitos, personajes que saltan o se matan los unos a los otros.
Pude observar en un zoo rodeados de seres sorprendentes que no vemos habitualmente como un tigre blanco, un cocodrilo en su hábitat o un oso panda, a una niña de no más de 5 años jugando con su videoconsola en lugar de disfrutar.
Además, niños colmados de regalos para que se acostumbren a tener más, a romper y no cuidar las cosas y para que cuando crezcan, continúen con el Síndrome de Peter Pam y no valoren el esfuerzo, el sudor o el tiempo que hay que emplear para conseguir las cosas, al haberse convertidos en déspotas o reyes de su casa con tan solo 3, 4 o 5 años.
Se acabaron las tiendas atestadas de gente buscando cosas en el último minuto o el sarna" que abre hasta las mil cada día para intentar vender algo más, se acabaron las fiestas tiernas en las que la gente suele recordar a los que faltan, el pescado al doble de precio en la plaza en los días señalados, se acabó la solidaridad, porque hay quien piensa que sólo en Navidad nos acordamos de los más necesitados, se acabó el levantarte a las tantas o acostarte tarde viendo películas navideñas, los contenedores de reciclaje atestados de cartones de playmobil, muñecas o cajas de monopatines o los juguetes que vienen sin pilas..
Y parece como si después de un pequeño descanso, volviéramos al día a día, los comerciantes recuperan un poco la tranquilidad de estas jornadas de locura, las confiterías que elaboran los roscos de reyes y pasaron la noche sin dormir, sacando hornada tras hornada, los maestros vuelven a su ardua tarea de la educación, los padres que disfrutaron de las fiestas con los más pequeños vuelven a sus trabajos, aunque más de uno, desea la vuelta al cole para no tener que aguantar a sus churumbeles. También están los que no pudieron compartir los días señalados con sus familias porque trabajaban de guardia, en las ambulancias o en los camiones de basura.
Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina. Es mortal (Pablo Coelho)
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