sábado, 3 de noviembre de 2012

Difuntos



Ayer fue el día de los difuntos. Un día de culto a los que se fueron, de visitas a los cementerios, de misas en recuerdo de..., de comprar flores. Todo esto mezclado con una gra variedad de tradiciones, algunas de ellas ancestrales que se celebran en cantidad de poblaciones de nuestro país.
La realidad es que la media de edad de las personas que siguen estas supuestas tradiciones nuestras en las ciudades debe andar por encima de la de jubilación.
No es que todas las tradiciones sean buenas, ni tampoco todas son respetables o civilizadas, pero al menos siempre tendríamos que ser responsables de las propias. Aunque bien es cierto que el culto a la muerte, influenciado por las supersticiones o por la religión del temor, en lugar de por la del bien y la alegría, no es algo que entienda del todo.
Resulta que el grueso de la población urbana celebra otra cosa. Algo importado, de la que nadie sabe apenas nada de su origen, disfrazados de mamarracho que pretende asustar, repitiendo frases traducidas de otro idioma y que aquí no vienen a pelo y con calabazas por todas partes.
Espectáculo lamentable de invasión cultural anglosajona, que los colegios y educadores fomentan sin que nadie se rebele, es más, todos los estamentos de la sociedad pasan por el aro, mientras se rasgan las vestiduras por cualquier menudencias.
Es época de boniatos y castañas asadas. Señores, yo la calabaza la echo en el puchero y el da muy buen sabor. Pa otra cosa es hacer el carajote.
Este año me he librado de vestir a los niños, pero no dudo que para otro año sea un carajote más.

1 comentario:

  1. Me ha dicho un pajarito, que os acercásteis a conocer a la gente de Abay. Espero que lo pasárais bien, sobre todo los peques.
    Cuanto siento no haber podido ir.
    Un saludo.

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