Con este mundo de la prisas que nos rodea, con esta vida que se mueve a toda velocidad a nuestro alrededor, la sociedad de las luces y brillos efectistas, del estrés, de las apariencias, sólo conseguimos caminar como burros de noria dando vueltas y terminando en el mismo sitio cada vez que echamos la vista atrás, al acabar la jornada diaria por ejemplo.
Quizá haya que parar en seco, mirar el resto del mundo con perspectiva, frenar de una vez y salirnos a descubrir todo lo que hay y está puesto ahí para nosotros. Nos alegraremos
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