Así terminaremos a este paso. Desangrados y sin cabeza. El pensamiento puede ser pesimista pero solo hay que mirar alrededor.
nuestros dirigentes políticos, los que teóricamente tienen la misión de sacarnos de esta situación viven una realidad paralela en la que solo les importa su puesto y obedecer su repugnante disciplina de partido para no perderlo, el gobierno central está bajo el mandato de lo que le dictan, en lugar de al servicio de quien lo eligió, el autonómico campa a sus anchas robando en el cortijo particular que lleva montando décadas, los que supuestamente defienden a la clase obrera amedrentan, violan libertades y hacen paripés donde se puede manipular al antojo, los medios le hacen el juego a uno y otro, las generaciones nuevas están educadas en la bipolar absurda y malentendida y la gran mayoría todo esto le trae sin cuidado y solo importa leer el Marca y odian al Madrid o al Barça.
En definitiva, hace tiempo que la cabeza ya la perdimos, solo nos falta desangrarnos.
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