Mi recuerdo, mis cientos de recuerdos en un día tan señalado para los etíopes y para su maravilloso país. Considerado uno de los más pobres del mundo, tiene una riqueza natural impresionante. Nada que ver con el tópico de sequedad, aridez y calores.
Lagos, bosques, ríos y montañas proporcionan el tesoro tangible de un país orgulloso de ser quien es, símbolo del continente maltratado por el primer mundo, el de la caridad y los golpes de pecho.
Pero el mayor tesoro que contiene esta nación no se puede mostrar en un fotografía. Es la nobleza de su pueblo, la generosidad, la autoestima y la capacidad de no tener ninguna posesión y muy poco que llevarse a la boca y dedicarle siempre una sonrisa al que tiene a su lado.
Vamos, igualito que haciendo un viaje por el metro de Madrid o Londres.
Por todo eso, feliz 2004.
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