Cuando tenemos una gran ilusión y un objetivo en la vida, en el momento de alcanzarlo, deberíamos pararnos disfrutar de lo conseguido. Si no paladeamos los éxitos y las satisfacciones una vez alcanzadas, no merece la pena emprender ese camino.
Cuanta verdad hay en eso que dices, pero creo que, generalmente, si tenemos una ilusión y un objetivo por el que luchamos hasta alcanzarlo, cuando lo conseguimos, por inercia nos tenemos que parar a disfrutarlo y vivirlo al máximo ¿no?.
Cuanta verdad hay en eso que dices, pero creo que, generalmente, si tenemos una ilusión y un objetivo por el que luchamos hasta alcanzarlo, cuando lo conseguimos, por inercia nos tenemos que parar a disfrutarlo y vivirlo al máximo ¿no?.
ResponderEliminarSaludos,
María J.
Está claro, hay que saborear los momentos felices al máximo. En la meta y también en el camino, por qué no?
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