Todos pendientes, todos expectantes. Algunos miran al cielo, otros, simplemente aguardan la luz que se acerca por la callejuela oscura.
Nos planteamos el debate habitual, fe o folclore, apariencia o creencia, tradición o superstición.
Que más da? Con que una sola persona sienta que algo se estremece en su corazón, o se desaten en ella unos sentimientos irracionales, aunque sólo sea una, habrá merecido la pena sacar a la calle este tinglado.
A los que nos gusta, intentemos saborearlo, no quedarnos en la mera apariencia, sino profundizar en lo que representa. Mostrar algo de cristianismo en la forma de participar y de contemplar
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