En mi ciudad el paisaje navideño sigue siendo lo que le distingue el resto del año. Luz, viento y mar.
La nieve navideña de esta viejo, bello encantador y castigado rincón de España está en el cielo, la ventisca es brisa de poniente y el muérdago es la fina arena de su playa y la sal que salpican sus olas.
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