Esto es lo que se encuentra uno después de noche de fiesta, tras la noche grande del carnaval. Mugre, orín y una ciudad atestada de basuras y sabotajes a lo común, a lo de todos que unos pocos se encargan de destrozar.
¿Qué les pasa por la cabeza a los adolescentes? Quizá nada. ¿Como se les educa? Quizá no se les enseña nada. Es época de libertades, siempre y cuando no vulnere los derechos de los demás, o eso creía yo.
Bueno, al menos hay muchos chavales que se sacan un contratito este fin de semana recogiendo la mierda de los demás.
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