Y por fin entró el 2012, el tan nombrado año "mágico" para Cádiz. El año en que se conmemora la primera constitución, el año del bicentenario, el de los grandes eventos y proyectos. La cita clave para la ciudad, que ha servido a políticos y demás vividores para publicitarse y tirarse los trastos a la cabeza a costa de más promesas que ya son imposibles de cumplir a tiempo.
Espero equivocarme mucho pero me temo que será la ocasión perdida, el año de lo que pudo ser y no fue y el año en que se confirmaron las mentiras.
Y para colmo vendrá 2013 con las rebajas.
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