¡Cuando llega el fresquito, qué bien sienta un pucherito!
Es una pena que no se fomente ese tipo de exquisiteces y sea más fácil llevar a los pequeños a comer hamburguesas y otras "delicatessen". A lo mejor la culpa es de nuestras madres no regala muñecos de disney con el platito de puchero.
Pues mi hija delante de un puchero es más feliz que un regaliz, jejeje.
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