Las escaleras se inventaron para llegar a lugares inalcanzables, para subir a otra altura, a otro nivel. Siempre se ha asociado lo alto, lo que está arriba, como lo bueno y lo que está abajo como lo contrario. Pero, ¿qué ocurre si es igualmente hermoso lo que tenemos arriba y lo que podemos contemplar al bajar? ¿Con qué dirección acertaremos al tomar la escalinata?
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