sábado, 11 de agosto de 2012

Que llegue cuanto antes...


Cuando nos encontramos en pleno Agosto, con las temperaturas por las nubes, con el descanso mermado y con la obligación de ponerse como un salmonete para estar teóricamente más guapo, intento pasar este desagradable trago climático evocando ese sol de invierno que calienta los costados contraidos por el frío, un paisaje nevado que invite a ponerse un buen chaquetón e incluso un gorro de lana.

Hay quien disfruta con los sudores, los vapores, las noches de calma o con ventoleras calientes. La verdad, no lo entiendo, igual que no entiendo al que no le gusta el queso bueno curado. Imagino que debe de haber de todo en esta vida, pero la realidad es que deseo con más ganas que nunca oler a castañas asadas y boniatos, que empiece la campaña de navidad, que no sea de día a todas horas o, en su defecto, viajar a algún lugar donde hoy sea invierno.
Y eso que no puedo quejar demasiado. Donde vivo nunca pasa de 30 y tengo al mar literalmente a 40 metros pero donde se ponga un invierno o un otoño...

1 comentario:

  1. Pues si, llega un momento en el verano que por mas que me guste tambien tengo ganas de un poco de frio. Aun así me da pena cuando veo que queda poco verano.

    Un abrazo,
    María J.

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