Como buen aficionado al deporte, siento que haya acabado. Se puso punto y final a casi 3 semanas de deporte puro, del bueno, en el que predominan el esfuerzo y la superación para alcanzar grandes logros.
Se acabó la emoción por ver el balón al aire en deportes que habitualmente no hay oportunidad de disfrutar en la televisión y a la que los medios no dedican nada en los telediarios. Hasta dentro de 4 años olvidaros de ver voleibol, balonmano femenino, voleiplaya, hockey o demás pruebas individuales de atletismo, natación o gimnasia.
Ahora comienza de nuevo el repugnante bombardeo con el fútbol y las polémicas Madrid Barça. Ya no veremos noticias sobre un piragüista que, tras 4 años de sufrimiento, consigue una simple medalla para su país y su palmarés. Ahora toca saber las bromas que Cristiano y Sergio Ramos han tenido en el entrenamiento de la mañana, o las opiniones sobre quien debe ganar el balón de oro.
Y lo peor es que el cateto español de a pie, quiere que su hijo tenga como ejemplo a elementos de la calaña de los futbolistas que inundan más de 20 minutos de noticias en un telediario público. No hay camisetas de David Cal, pero si de Ramos o Piqué en nuestras plazas, y después decimos que sacamos pocas medallas.
En las olimpiadas de la incultura sacaríamos oro seguro.
No me enveneno más y me quedo con la maravillosa final de baloncesto, llena de buena práctica deportiva y de gestos y detalles de verdadera deportividad.
Hasta dentro de 4 años.
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