miércoles, 29 de agosto de 2012

Camino a la orilla


Aunque los protagonistas nunca lo lleguen a recordar, los mayores no lo borraremos de nuestra memoria. La primera vez que tocan la arena, que sus caras muestran sorpresa por las texturas, que sus padres ilusionados alucinan con sus infinitas muecas y que a los convidados de piedra se nos viene a la memoria aquella cercana primera vez en que nuestros hijos, ahora testigos y padrinos en "la alternativa" entre las olas debutaron en la misma "plaza".  Ese camino en que las miradas de lo curiosos se clavaban en las oscuras pieles con sonrisas de complacencia, lo recordaremos como todo un privilegio que agradecemos a la familia.

1 comentario:

  1. ¡Me encantan esas piernas! Mirándolas puedo ver a mi hija dentro de unos años, jejeje.

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