Por fin, algo que realmente sirva para realzar la tan nombrada y esperada celebración del Bicentenario. Una ocasión para que la ciudad luzca, con permiso de la huelga de basuras, sus mejores galas y sus grandes atractivos, culturales y marineros.
Un evento que de una vez da prestigio y adorna de hermosísimas estampas a la ciudad.
Con un aliciente para el lugareño y el visitante: muchas cosas que ver y gratis. Algunos comentaban que este fin de semana se habían olvidado de la crisis. Aunque solo sea por eso y por que los hosteleros aguanten el tirón unos meses más, ha merecido la pena.
Y yo que lo he disfrutado con mi familia, pues más contento todavía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario