Grazalema, las sierra de las nieblas. La localidad de España donde más llueve, tan cerca del lugar donde más calor hace...Y de repente, Grazalema, un puñado de nata sólida entre los verdes y marrones de la Sierra, tan fotogénicos y nuevos por gastados que parezcan.
En este pueblo blanco donde parece que el tiempo no pasa, a pesar de los viajeros o domingueros que en ocasiones la desmerecen, existe y persiste como villa de extrema belleza en si misma y singularidad dentro de una gran riqueza paisajistica y ganadera.
Los nubarrones que en ocasiones la sombrean no hacen más que realzar esa maravilla visual que representa y que se ayudan con los estímulos de otros sentidos, como ese olfato saturado de la leña que calienta los hogares en el frío invierno o de humedad en las refrescantes noches de verano serrano.
Verla nevada es un privilegio que no he podido disfrutar aun y que la marabunta humana que acude a ver esa nieve que nos coge tan lejana en el sur, desvirtuaría por completo su contemplación. Pero todo llegará.
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