Qué incómodo me siento a veces en esta sociedad tan polarizada y mediatizada. Vivimos en la constante cultura del enfrentamiento, de si no estás conmigo estás contra mi, de si no eres de los blancos es que debes ser de los negros. Nuestro entorno cada vez más nos impide razonar, matizar nuestras opiniones. La radicalidad se ha instalado ennuestro modus vivendi.
Nadie reconoce ningún error en su bando ni mérito en su rival. Es imposible avanzar de esa manera y las generaciones venideras son aún peores. A los niños se les alecciona en el odio a algo en lugar de ver las cosas con naturalidad. Es lógico tener ídolos o favoritos pero no instigar en el desprecio sistemático a catalanes, rojos, curas, rancios, españolistas, nacionalistas, vascos, madridistas, jerecistas, monárquicos, taurinos, capillitas, republicanos, etc. De todo esto al racismo o la homofobia hay un pasito muy corto. Luego nos asustamos.
Los únicos rivales que deberíamos tener enfrente están en nuestros juegos y al terminar de jugar con ellos comparten bolsa o cajón plácidamente. Lo demás da miedo.
Cuánta razón veo en tus palabras. Hoy día, si no estás de acuerdo con alguien, eres de los "otros" y se acabó. ¿No podemos convivir los diferentes, y respetarnos, y descargarnos de razones absurdas que sólo nos llevan a perder cualquier atisbo de razón? Muy buena reflexión.
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