Toda la región está rodeada de las preciosas montañas de los Alpes, cascadas y lagos espejados. “Neuschwanstein” significa nuevo cisne de piedra, y fue así nombrado en honor al Caballero Cisne de la famosa ópera de Wagner del mismo nombre, de la que el monarca que impulsó su construcción era un tremendo fan.
La orden de construcción fue dada por el rey Ludwing (Luís II) de Baviera, conocido como Ludwing el loco.
Ludwing pidió a su arquitecto que fuese construido enteramente con materia prima bávara y por habitantes bávaros. Quería que por fuera semejase los castillos de los cuentos de hadas, y por dentro debería tener todos los avances tecnológicos del momento.
Se dice que Ludwing usó los fondos del reino para construir tan majestuoso edificio, pero lo cierto es que utilizó su propio dinero. Neuschwanstein tiene 360 habitaciones, y sólo 14 tienen un diseño totalmente acabado, las otras quedaron inconclusas, ya que Ludwing fue depuesto como rey, y enseguida murió de forma misteriosa.
La extravagancia y el despilfarro de un gobernante nos vuelve a regalar para la posteridad una bella estampa, inspiración de los más mágicos cuentos de hadas y realidad que parece sueño, sueño de un loco que se hizo realidad.
La extravagancia y el despilfarro de un gobernante nos vuelve a regalar para la posteridad una bella estampa, inspiración de los más mágicos cuentos de hadas y realidad que parece sueño, sueño de un loco que se hizo realidad.
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