Este fin de semana, en Cádiz, se pudo disfrutar de la primera Coronación Canónica de una Dolorosa de la ciudad.
Tras una ceremonia acorde al buen gusto de la corporación servita, la tarde se abrió con la luminosa salida de la Catedral, en procesión de alabanza, de la Virgen de los Dolores Coronada.
La noche dejó paso a estampas añejas que nos trasladaban y evocaban a parte de los 3 siglos de historia por lo castizo de su barrio y de Cádiz.
Hubo momentos realmente sublimes e imborrables para la retina y, como no, se salpicó con alguna horterada impropia, que confunde lo puntualmente alegre con el mal gusto. Pero no hay que olviderse de que estamos en Cádiz, para lo bueno y también lo malo.
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