La familia, esa palabra que lleva intrínsecos valores tan maravillosos y que también puede encerrar lo más retorcido de los contrasentidos. En esta moda occidental de celebrar tantos "días internacionales de... tantas cosas", yo reivindico la familia como la forma de vida a la que aspiraba, la que elegí y que logré alcanzar.
Me siento orgulloso de la familia en la que crecí, en la que me hice persona y la que trato de imitar en valores, adaptado a nuestra realidad. Porque familias hay de muchos tipos, no sólo lo tradicional o lo que toca.
Familia no es llevar un apellido, o que sangre común corra por nuestra venas. Eso es circunstancial. La familia de verdad son esas personas que te importan, cuyos dolores te duelen más a ti y cuyas ganas de vivir y saborear la vida no las concibes sin ellos. Lo demás son milongas.
Esta es la parte más intensa de la mía y aquí está, por si alguien no la conoce aún.
Que entrada mas bonita!!!!! y que familia mas chula formais!!!
ResponderEliminarFelicidades por ser como eres, porque me pareces una de las pocas personas que disfruta de los pequeños detalles que nos regala la vida, y además eres tan consciente de lo que tienes que te paras a saborearlo. Eso es vivir, eso es ser feliz.
Un beso,
María J.